Existen startups que desarrollan y comercializan productos y servicios relacionados con los psicodélicos y otras sustancias que alteran la mente. Esto incluye psicodélicos como la psilocibina, LSD y DMT, así como sustancias no psicodélicas como la marihuana y el cannabidiol (CBD).
La regulación de los psicodélicos varía según el país y puede ir desde estar completamente prohibido hasta permitirse solo con fines médicos o terapéuticos. En los Estados Unidos, los psicodélicos como la psilocibina y el LSD se clasifican como sustancias controladas de la Lista I, lo que significa que son ilegales a todos los efectos. Sin embargo, ha habido esfuerzos recientes para despenalizar o legalizar los psicodélicos con fines terapéuticos en algunas jurisdicciones. La regulación del cannabis y el CBD también varía según el país, con algunas jurisdicciones que legalizan o despenalizan la marihuana con fines médicos o recreativos y otras que la prohíben por completo.